1. |
Tumbas de luz
02:43
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Hasta dónde llegarás con este pulso descorchado
la rima al son del miedo y la ceguera
agarrado del cogote por cordeles sacros
con sacos de culpa ajenos al tiempo
lejos del misterio y la duda, hasta dónde.
Hasta cuándo seguirás pontificando el temor
propagando la miseria en la sangre del hombre
infecta la vida, seca el fuego del ayllu
pudre la carne de tu descendencia
que muere nonata, anda dime, hasta cuándo.
Te digo y escúchame bien, reclamo
el dolor y la dicha perdida, la Fiesta
el goce del cuerpo en la tierra mojada
que el hombre replique la tierra en el cielo
lejos del vacío lejos
de tu paraíso infecto.
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2. |
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¡Castiguen la mente de los obedientes!
¡Griten a la Historia y su puta mayúscula!
Rasgarse la voz con la tierra en las uñas:
el mínimo gesto que el hombre se debe.
Volcamos la sangre
no sirven sus ruegos:
la sangre no entra de vuelta en la piedra.
Nos queda la voz la palabra el sonido
no muere el impulso primario, la rabia.
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3. |
Desbautízame
02:26
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Me niegas la caída al pozo
condenas el autosacrificio
a manos de este yo cansado
aun cuando es claro que es tarde
que como resonaron las palabras de otro
no merece la pena matarse, siempre
lo hace uno demasiado tarde.
Pero arrojaste a tu hijo a cargarla
carnada entre buitres hambrientos.
Se entregó su cuerpo al látigo
con la docilidad del clavo
o del suicidio implacable:
la espina.
Lo asististe -hipócrita de hipócritas-
en su frente. No me digas
que ese pobre es tu hijo.
Y entre adorar y orar te dieron oro.
Cruzaste la vereda sobre la cruz de tu hijo
te sentaste a la mesa de los llenos
engulliste manjares
manchados de sangre salada, las costras
de los que no aceptamos cruzar
de los que damos el pellejo cuando cruje
serán astillas en sus tráqueas.
Han parido en un lugar del Edén
el génesis de este rojo apocalipsis.
Nada más podrá nacer de la tierra que el polvo
tu regalo fue el frío y el olvido
la piedra que no suda ni llora
la mancha en la sotana, la culpa
del vacío ante el plato de comida.
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4. |
Letras en la llaga
02:49
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Mi nombre está marcado por el fuego
de doce tribus como doce semillas
quemadas por el fósforo blanco
de la estrella nación.
Mi nombre está marcado por la guerra
el odio al padre, el desprecio del hijo
la lucha de clanes
con manos de sangre.
Mi nombre está marcado por el huacho
aquel forzado a partir lejos
el abandonado en la orilla contraria
frente a la arena cristiana.
Mi nombre está marcado por la tierra
del gitano sediento de vida
niño bastardo expuesto a filo de cuchillo.
¡Agar madre esclava!
No pudieron con tu fuerza
nada consiguieron con el destierro
de una madre y su hijo
tigres fuimos
somos tigres
habitamos el desierto.
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5. |
De vuelos y caídas
03:01
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Qué pasará
cuando dejemos las ciudades y la tierra
vuelva a ser de tus manos
cuando dejes de ver al hombre
al vacío de sus ojos
y en esa mirada entiendas
que el hombre que te quiso
y el que te querrá
no valen nada
solo importa el que está enfrente
devolviendo el brillo que atrajo a la polilla y la urraca
el brillo en la pupila
amparada solo en la línea
sin aspirar a nada
que no sea la alegría.
Qué pasará
cuando Venus se levante
y el cosmos se encienda agarrotado
de tanta inmovilidad forzada
y la mires despojado de estrechez
comprendiendo el misterio oculto en el monte
del que saltaste con alas de cera
la ceguera es el exceso de visión.
Tus alas quemadas traducen el fuego.
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6. |
Cadenante
01:55
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Pedaleando voy rasgando el pavimento
desafiando cada bache, la extensión
del cuerpo los motores y los fierros.
El viento frío es un cuchillo para el corte
del verso
bajo el ritmo del pedal.
Canción protesta en cambio pesado
mirando las calles desplazado, el poder
tiembla ante la furia de las cadenas.
Salto al sexto y al quinto en subida
al cuarto no quieren las piernas, pedante
encabalgo las piedras y palabras.
Bajo las ruedas la tinta memoria
va empapando los kilómetros, me muevo
a destajo en las calles de Santiago.
No podrán con la rabia del pedal
el verso es una calle que termina
donde el verbo se comienza a incendiar.
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Sello Precario Chile
Música precaria.
#selloprecario
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